
Irma Maldonado en su dormitorio en la Universidad de Grand Canyon en Phoenix.
All photographs by Caitlin O'Hara
This article is being jointly published with ESPN Deportes.
PHOENIX — En una suite de oficinas no muy lejos del aeropuerto, Irma Maldonado, de 18 años, hizo una dramatización como una experta de lo que estaría haciendo en las calles de la ciudad en media hora: llamar a las puertas de los residentes y exhortarles a votar. Pero no todo fue un juego. Antes de que un grupo de jóvenes solicitadores de votos saliera a la calle durante el día, un líder de equipo en el grupo organizador LUCHA de la comunidad mencionó que horas antes alguien apuntó con una pistola a dos miembros del equipo.
“No pasó a mayores”, dijo el organizador, pero Maldonado y los quince o más adolescentes y veinteañeros recibieron silbatos de seguridad antes de salir a la calle.
Maldonado tiene un interés personal en el debate sobre inmigración en los Estados Unidos, mismo que ha encabezado los titulares durante las elecciones, particularmente debido a que Donald Trump ha descrito a los mexicanos como violadores, además de externar su deseo de que México pague por un muro fronterizo.
“Antes de entrar a la escuela secundaria, en el verano de 2012, mi madre decidió autodeportarse a México con sus dos hijos más pequeños”, dijo. Maldonado, quien nació y creció en Nuevo México, tuvo dificultades para adaptarse a la vida en Nayarit, México, un pequeño estado en la costa del Pacífico, al norte de Puerto Vallarta, sobre todo porque no conocía el estado legal de su familia. “Creo que fue justo cuando tuvimos que mudarnos cuando me di cuenta de que mi madre no era legal aquí en los Estados Unidos, cuando yo tenía 14 años”, dijo. Su padre, quien tiene la residencia, continúa trabajando en Nuevo México; Maldonado ahora es una estudiante de enfermería de primer año y vive con su hermana de 23 años en Arizona. Su madre y su hermano permanecen en México.
Los mexicoamericanos como Maldonado pueden ayudar a determinar el futuro político de Arizona (y del país) en un año histórico de elecciones. En una encuesta realizada en agosto, se preguntó a los encuestados si Trump y Clinton hacían que sus respectivos partidos fueran más acogedores o más hostiles para los latinos. Nueve por ciento de los estadounidenses de origen mexicano dijeron que Trump hizo que el Partido Republicano fuera más acogedor; 74% dijo que lo hizo más hostil. Por el contrario, el 59% dijo que Clinton hizo que el Partido Demócrata fuera más acogedor; 9% dijo que más hostil. Una encuesta hecha por Latino Decisions en octubre encontró que el 17% de los votantes latinos en todo el país dijo que apoya a Trump o que se inclina hacia él; el 70% apoyó a Clinton.
En Arizona, un estado dominado durante mucho tiempo por los republicanos, Clinton y Trump están en un empate virtual, según una encuesta de la Universidad de Monmouth publicada la semana pasada. Los votantes latinos, que conforman una quinta parte del electorado del estado, están apoyando a Clinton sobre Trump con una ventaja de 35 puntos porcentuales. Y siendo crítico para el voto electoral, solo el 9% de los votantes latinos que apoyan a Trump están en los estados disputados. En general, el 13% de los votantes inscritos en los estados disputados son latinos.
Arizona “era un fuerte y poderoso estado rojo”, dijo Pita Juárez, de 29 años, directora de comunicaciones de la coalición One Arizona, una agrupación de 14 grupos de defensa, incluyendo a LUCHA, que está trabajando para impulsar la participación de los votantes latinos. “Justamente hoy vimos en FiveThirtyEight… que ya es un azul claro. Y eso es algo que, en realidad, nunca pensé que vería”. (Arizona ha estado oscilando entre azul claro y rojo claro en el pronóstico de FiveThirtyEight en las últimas semanas. Actualmente, Trump tiene una ligera ventaja en el pronóstico para el estado).
Gabriel Sánchez, profesor de ciencias políticas en la Universidad de Nuevo México y director de la firma de sondeo de opinión Latino Decisions, dijo que los latinos están más entusiasmados con la votación este año que en 2012, movilizados por los comentarios de Trump dirigidos a los mexicanos. Agregó que el Partido Republicano tendrá dificultades para ganarse a los estadounidenses de origen mexicano en las elecciones sucesivas a menos que apoye una reforma migratoria integral.
Al igual que los millenials afroamericanos, los latinos jóvenes muestran un entusiasmo mucho más débil hacia Clinton que sus mayores. Según la encuesta realizada por GenForward en octubre durante la primera mitad del mes, el 44% de los latinos de 18 a 30 años planea votar por Clinton y el 8% votará por Trump, con un 10% apoyando a candidatos de un tercer partido. El 19% dijo que no planeaba votar y el 12% manifestó estar indeciso.

Irma Maldonado en su clase de matemáticas y caminando hacia su dormitorio en la Universidad Grand Canyon.
Mark Hugo López, director de investigación hispana en el Centro de Investigación Pew, dijo que gran parte del crecimiento del electorado latino en los próximos años será de latinos nacidos en los Estados Unidos entrando en la edad adulta. Al igual que otras cohortes de votantes más jóvenes, tienden a apoyar más a un gobierno mayor, en contraste con los mexicanos de edad avanzada, que son más propensos a mantener opiniones conservadoras. “Los mexicoamericanos tienen más probabilidades de ser católicos que otros grupos de latinos”, dijo. “También son más propensos a ser de la tercera generación o superior en comparación con otros grupos latinos en los Estados Unidos y como resultado de haber servido en el ejército. Ambas características se correlacionan con opiniones conservadoras sobre muchos temas”. Señaló además que George W. Bush ganó por lo menos el 40% del voto latino en 2004.
Los mexicoamericanos constituyen el 63% de los 57 millones de latinos estadounidenses. Algunos mexicoamericanos pueden rastrear su ascendencia en Nuevo México y otras regiones adquiridas después como territorio de los EE. UU. en los años mil seiscientos y anteriores, mientras que otros son inmigrantes recientes. De los 35.8 millones de personas de ascendencia mexicana en los Estados Unidos, 68% son nativos y más de la cuarta parte de los nacidos en México se han convertido en ciudadanos estadounidenses.
Estimaciones realizadas por el Centro de Investigación Pew indican que había 5.8 millones de ciudadanos mexicanos no autorizados en los Estados Unidos en 2014, 52% de la población inmigrante no autorizada total. La Oficina del Censo considera que los latinos en los Estados Unidos son una etnia, no una raza, y por lo tanto los latinos que respondieron también pudieron marcar una o varias razas; alrededor de una cuarta parte se identifica como afro-latinos. Pero solo un 1% de la población de México es afro-latina, según un reciente censo en esa nación, el primero en incluir dicha categoría.
A nivel nacional, el 11% de los votantes inscritos son latinos, pero en Arizona constituyen el 22% de los votantes inscritos. El estado actualmente está atravesando una feroz batalla local que involucra al sheriff Joe Arpaio, que sin duda avivará la participación de votantes latinos tanto como en las elecciones nacionales.
Arpaio es una personaje notorio que ha servido como sheriff del condado de Maricopa por 23 años; dirige cárceles donde los hombres deben usar ropa interior rosa y uniformes a rayas; y organizó patrullas fronterizas ciudadanas con el actor Steven Seagal. Arpaio también tiene una cita en el tribunal en diciembre por un cargo de desacato por violar un mandato de 2011 al detener a la gente sobre la sospecha de que no estaban legalmente en el país. (Y alega que la fiscalía está motivada políticamente por su apoyo a Trump). Y dentro de una semana, Arpaio se enfrentará a un desafío aún mayor: una campaña de reelección con sondeos que muestran a su rival a una distancia de 15 puntos.
Los partidarios de LUCHA están haciendo campaña contra Arpaio, y hay indicios de que su presencia en la boleta está motivando a nuevos votantes. En el condado de Maricopa, los votantes demócratas subieron un 13% desde 2012, según cifras publicadas en agosto, en comparación con un aumento de 7.6% para los republicanos. Y muchos latinos se registran como independientes pero con una inclinación demócrata.
Algunos de los jóvenes activistas que están haciendo campaña por LUCHA son indocumentados, según Juárez de One Arizona, y en otras áreas alrededor del país con poblaciones latinas significativas, los inmigrantes que aún no están en camino a la ciudadanía están jugando un papel en el proceso político. Uno de ellos es Yessica Vásquez Moctezuma, de 25 años, cajera de un banco, quien se graduará este otoño con una licenciatura en ciencias políticas de la Universidad de Texas en San Antonio. Ella ha estado en los Estados Unidos durante 19 años, lo que significa que fue indocumentada hasta el 2012, momento en el cual una orden ejecutiva la calificó para el estatus DACA (Deferred Action for Childhood Arrivals) temporal pero renovable.
Vásquez Moctezuma es sincera con respecto al estado legal de su familia, ya que sus padres no son elegibles para DACA y continúan trabajando sin papeles.
“Estamos violando algunas leyes simplemente al estar aquí ilegalmente, pero acatamos las leyes de aquí”, dijo. “Pagamos nuestros impuestos cada año, como cualquier otro ciudadano lo haría”. Le preocupa que sus padres, quienes han pagado al sistema de Seguridad Social (que recibe un estimado de $12 mil millones al año de los inmigrantes indocumentados y sus empleadores) nunca reciban beneficios y nunca puedan jubilarse verdaderamente. Sin embargo, dijo: “Es por eso que estudié ciencias políticas, porque me encanta el sistema de gobierno aquí. Siento que es fantástico en muchos sentidos”.
Por su parte, Irma Maldonado dijo que está emocionada por votar en su primera elección presidencial. Después de permanecer indecisa hasta principios de octubre, decidió votar por Clinton. Pero agregó, “Honestamente, en esta elección, mucha gente no está tan motivada a votar. Es realmente triste”. El número de votantes mexicoamericanos y latinos que se presenten el 8 de noviembre podría determinar el resultado en su estado y posiblemente en la nación.
This the final installment of the FiveThirtyEight series, The Voters.